La técnica del fotomontaje y collage se remonta a los años 1800, específicamente con el fotógrafo inglés Henry Peach Robinson, quien creó la imágen Los últimos instantes (donde se ve a una mujer moribunda en una obra de teatro). Para esta Robinson usó cuatro negativos. En ese entonces la técnica era un avance gráfico muy importante pues daba la bienvenida a las creaciones más extrañas.
El humor, el juego y las ganas de hacer lo imposible se apoderó de algunos fotógrafos e hicieron una serie de imáganes muy escalofriantes en las que personas posando se les ve sin cabeza; o bien con ella, pero en sitios bizarros, como en sus manos o en una mesa como si fuera un objeto más.